La rabia e impotencia por el acaparamiento de los artículos de primera necesidad, la liberación de precios, el aumento de pasaje y la imposición de medidas económicas dictadas por el Fondo Monetario Internacional, que perjudicaban al pueblo pobre, detonó una verdadera manifestación insurreccional.
La respuesta del gobierno burgués fue la más terrible represión que se haya conocido a los sectores populares.
¿Cuántos muertos hubo? No lo sabemos. Cayeron miles en las calles y otros fueron asesinados en sus casas.
En esa oportunidad, cuando se trataba de la represión y asesinato de los sectores burgueses contra el pueblo, los medios de comunicación calificaron a los asesinados de delincuentes, y la prensa internacional, al servicio como siempre de los intereses de las empresas transnacionales y el imperialismo, callaron, justificaron la masacre.
Lo mismo de siempre, cuando es el pueblo que lucha, no se dice ni pio en los organismos internacionales, cuando es la burguesía que quiere derrocar gobiernos, se magnifica, se manipula y se miente de la manera más descarada, como sucede en esta intentona golpista, desatada desde el 12 de febrero.
Hoy recordamos esta rebelión, con el compromiso de continuar la lucha por una sociedad justa y solidaria.
Para aquellos venezolanos, que hoy son víctimas del manejo mediático de los sectores fascistas, le recomendamos instruirse leyendo sobre el Caracazo. Así podrán entender lo que es una verdadera represión.
Hagamos votos por la paz, no tenemos conciencia, ni nos podemos imaginar las consecuencias de una violencia desatada como azuzan los sectores de ultraderecha en Venezuela.
Honor a los caídos
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