Poema JULIÁN TORRES
JULIÁN TORRES, dirigente sindical, fue torturado brutalmente antes de ser asesinado a balazos, el 30 de marzo de 1961,por las bandas armadas del partido Acción Democrática. El obrero Julián Torres desde muy joven se había dedicado a la actividad social en el seno de la clase trabajadora, militante comunista (PCV), fue fundador de sindicatos y ligas campesinas en el estado Lara.
En los días finales de noviembre de 1960 fue detenido y lo
mantuvieron en condición de "desaparecido", posteriormente lo
trasladaron a un campamento antiguerrillero, y lo asesinaron luego de
atroces torturas.
Poema de Argimiro Gabaldón, Comandante Carache en homenaje
a este ejemplar revolucionario.
Julián Torres.
Pasen Señores, pasen, aquí no ha muerto nadie, apenas estamos velando a
Julián Torres, un hombre del pueblo, un descontento, uno de esos a quienes
asesinan a diario porque piensan, que no aceptan el mendrugo por las buenas,
porque les quema la palidez de los muchachos y les incendia el alma la miseria.
No era nadie, pero así era Julián con su sonrisa tierna su corazón abierto como
se abre al rancho la sabana, uno de tantos que son nadie,infinitamente más que
muchos, que por mucho se tienen.
Anoche lo mataron, le dieron todos los golpes por delante, tres tiros de
fusil a quema ropa del rostro a los pies, quién sabe cuántos culatazos y
en el suelo, los cobardes después de muerto, encima del charco de su sangre, lo
infamaron a patadas. porque saben que su causa no se mata, porque crece
con la sangre derramada y se hace fuerte con el aliento que se escapa.
Señores, pasen, aquí no ha muerto nadie, el dolor de los hijos y la madre, el sabor amargo de la venganza, que satura nuestros labios y ese cadáver que allí se guarda no son cantos de muerte es la vida que resbala hacia delante, es la historia que madura.
Cómo se siente la sangre de Julián, cómo penetra en las arterias
del pueblo, cómo su aliento se vuelve viento y empuja la marcha.
Señores, cuando se vayan díganle a los asesinos, que la muerte de Julián
ya se la hemos cargado a la cuenta y que la iremos a cobrar, que no hay plazo
que no se cumpla, que olviden la palabra clemencia, que el futuro es nuestro y
que la deuda completa han de pagar.
Argimiro Gabaldón. 1961.
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