Temas para el Estudio y el Debate
Miguel
Angel Núñez *
14
de septiembre 2022.
A
mediados del 2021 y en el desarrollo de la pandemia Sars-Cov-2, los países
dependientes para su alimentación de altos usos de fertilizantes nitrogenados
(NPK), urea, plaguicidas y demás agrotóxicos, comenzaron a llamar su atención
por los altos costos de los mismos.
Desde tales momentos, emergió una progresiva alteración en la cadena de suministros global, generados por la pandemia, y que ahora se agudizan por los escenarios de guerra, en especial el conflicto entre OTAN y Rusia en el mundo.
Conflictos
bélicos, que nos imponen las secuenciales y simultaneas realidades, que a
continuación las enumeramos:
1)
Aumentos siderales en los precios de los fertilizantes entre un 300%-400%.
Cifras inalcanzables por los agricultores-productores e incidiendo en no poder
adquirir sus insumos, para cumplir con sus metas productivas programadas en lo
que resta del 2022.
2)
La condición del aumento de los costos, se intensifica, al iniciarse los
progresivos cortes de suministro de gas por parte de Rusia. El costo del gas en
algunos países ya llega a ser 10-15 veces más, que en otros.
3)
Empresas productoras de fertilizantes y agrotóxicos de los países: España,
Holanda, Francia, Lituania, Noruega, Polonia y Reino Unido, parcialmente han
paralizado sus actividades productivas; otras anuncian cierres temporales y
reprogramación de productos críticos para darle prioridad al mercado local. En
Alemania(1) pareciera que la situación, es aún más precaria, debido a la
incertidumbre del abastecimiento del gas ruso y su dependencia industrial. El
gas ruso representa una cuarta parte de la demanda de gas para el país. Las
industrias más afectadas presagian cierres temporales o definitivos. Entre
ellas, las del vidrio, el acero, la farmacéutica y la química, donde el gas se
utiliza para fabricar desde plásticos y fertilizantes hasta fibras, y disolventes.
4)
Las principales compañías y asociaciones europeas de esta industria, incluidas
las españolas Fertiberia y Anffe (Asociación Nacional de Fabricantes de
Fertilizantes) y la Noruega Yara, vaticinan que aproximadamente la reducción de
más del 70% de la capacidad de las empresas productoras de fertilizantes
nitrogenados (2). Luce difícil o casi imposible asumirlo: el presagiar las
distintas contingencias y programaciones en los ciclos de cosechas, para los
contratos de suministros a corto, mediano y largo en el próximo año 2023 y
2024.
5)
En estos años de pandemia, las cosechas de trigo, avena, arroz, maíz, caña,
canola, soya, girasol y sorgo, además de administrar las pérdidas de sus
cosechas por los súbitos cambios climáticos (sequías e inundaciones), ahora se
les une la escasez de fertilizantes. Los cuales provienen en su mayoría de
Rusia. Inevitablemente los precios subirán, porque lo que come hoy Europa se
produjo el año pasado. Se agudizarán las hambrunas en el mundo.
6)
Quizás, y por primera vez en la historia de su fundación y de manera dramática,
el Banco Mundial (3) implora por un uso más eficiente de los fertilizantes, que
puede ayudar a garantizar, que los suministros disponibles lleguen a lugares
más lejanos, especialmente a los países más necesitados. Los países ricos
consumen 100 kg. de fertilizante por hectárea, entre 4 y 6 veces más que los
países no adinerados. Por ejemplo: en África Subsahariana consume la menor
cantidad: 15 kg. por hectárea (3).
7)
Tal distorsión científica tecnológica, en hacer uso de grandes cantidades de
fertilizantes, que por mucho tiempo no se volverá a cumplir, directamente
incide: en la programación de menos densidad de siembra de los cultivos; en la
productividad y los rendimientos esperados, especialmente con los cultivos de
las “semillas (mágicas) transgénicas”. Las cuales, han sido diseñadas para ser
adictas a los agrotóxicos y continuar su camino de contaminación, destrucción y
pérdidas de nuestros suelos, agua y biodiversidad. Generando una caída de las
cosechas.
8)
Antonio Guterres (4), Secretario General de la ONU expresó: “Existe un riesgo
real de que en 2022 se declaren múltiples hambrunas (…) 2023 podría ser incluso
peor”(4). «Los problemas de acceso a los alimentos de este año podrían
convertirse en una escasez mundial de alimentos el próximo año (…) Ningún país
será inmune a las repercusiones sociales y económicas de una catástrofe así”
dijo.
Otras reflexiones.
Las
restricciones, exigencias, prioridades y las distintas solvencias financieras
directas e indirectas para las importaciones y exportaciones, han hecho que los
fertilizantes y alimentos sean menos asequibles para los gobiernos. Además,
otros países les están dando prioridad a cumplir con las necesidades esenciales
de sus mercados locales y poblaciones. Casos: Paquistán, India, Sri-Lanka,
entre otros. Para los países con sanciones económicas y políticas, la
situación, aún más, se complejizará.
Somos
los que creemos que para los años 2023-2024 es cuando más se verá la reducción
en el uso de los fertilizantes nitrogenados. No sólo por los inalcanzables
precios, también otros agricultores dejaran de utilizarlos. Presagiamos que un
buen número de productores avanzaran hacia el tránsito de la producción
agroecológica, la cual es más beneficiosa, y estamos seguros provocara rupturas
definitivas con el modelo agrícola – coorporativo – transnacional.
Para
demostrar algunas ventajas de la agroecología, varios investigadores de USA,
Reino Unido y varios países africanos durante 30 años compararon algunos indicadores
de los cultivos trabajados con fertilizantes químicos, con las prácticas de
«intensificación ecológica». El estudio finalmente encontró que cuando se
implementan ciertas prácticas, como diversificar la rotación de cultivos,
asociaciones de cultivos, abonos verdes y agregar estiércol o compost al suelo,
la necesidad de fertilizantes químicos disminuye (4). No se encontraron
diferencias significativas entre los rendimientos y la productividad de los
cultivos.
Científicos
del Centro de Ecología e Hidrología del Reino Unido, por más de 10 años de
observaciones y seguimiento, revelan que aumentando la biodiversidad de flora y
fauna en los espacios productivos, se incrementan los rendimientos promedios de
los cultivos y se siembran más áreas de trabajo diversificando y aumentando la
producción (5).
En
nuestra región, afortunadamente contamos con la Sociedad Científica
Latinoamericana de Agroecología, quienes en la celebración de sus 15 años de
creación (27/08/2007) han integrado un conjunto de sólidos investigadores: con
dilatadas reflexiones teóricas; experiencias prácticas y productivas
consolidadas; conocimientos y sabidurías campesinas, orientadas a las distintas
modalidades de transición en camino hacia la agroecología. Bastante literatura
allí existe.
Procesos
que nos enseñan que la dinámica de los cambios y transición son únicos,
inéditos y no hay recetas lineales. Se dan pistas, posibilidades, principios,
prácticas y estrategias a seguir, las cuales nos están expresando que debemos
empezar de inmediato, mientras más rápido se inicie mejor, ya no hay tiempo que
perder.
Estas
tendencias de la transición hacia la sustentabilidad agroecológica, también
reforzará el largo proceso de vida que hemos asumido, al re-significar la
producción primaria de alimentos de nuestros campesinos y campesinas.
Históricos procesos que seguirán fortaleciendo el indetenible avance de la
ciencia agroecológica y sus tantas eco-tecnologías.
Esta
propuesta libertaria científica-tecnológica de la agroecología, y para la vida,
estamos seguros, nos proviene de las herramientas de trabajo, las cuales actúan
como antídotos para distintos embates que sostenemos frente de los cambios
climáticos. Además de ello, se armonizan y protegen nuestra inmensa agro biodiversidad
tropical Latinoamérica
¡Avancemos, por nuestra propia autodeterminación agroalimentaria!
*Miguel
Ángel Nuñez, venezolano, posee estudios de Post Grado, Maestría en Ciencia de
los Alimentos, especialidad Agroenergía de Colorado State University. Ha
impartido transitoriamente clases a nivel de Post Grado y Pregrado en algunas
Universidades Nacionales incluyendo Universidades en el extranjero, siendo de
éstas experiencias la de más larga duración en Nicaragua.
Fuente: Tatuy TV
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