Por; Néstor V. Ovalles *
Nos aproximamos ansiosos al final de este año 2020, vaya año este que vino a sumar dolor, luto y tragedia a la cotidiana crueldad con la cual el capitalismo trata al hombre y a la naturaleza, un año que vino a incorporar la pesadilla de la pandemia por Covi19, con su triple crisis; sanitaria, económica y social al rosario de retos y desafíos que hemos venido enfrentando como proceso civilizatorio, como pueblo bolivariano.
No cabe duda que
A la vanguardia de este aguerrido pueblo se haya lo que
comúnmente han dado en llamar Chavismo, los mismos del 6 de diciembre pasado
que por encima de toda fatalidad no faltaron a la cita histórica, aquellos de
finales de 1998, cuando en sus hombros llega Chávez al poder político, el
Chavismo bravío del 13 de abril, derrotando el golpe fascista. Una poderosa
fuerza mestiza, plebeya, subterránea, catacumbica que ha emergido y logrado su
cohesión mediante una devota identificación y conexión espiritual con
el líder fundador, el Comandante Hugo Chávez Frías. El llamado Chavismo, en
nuestra humilde opinión, representa
un vario pinto espectro social en el que prefiguran un apretado sistema de
representaciones comunes, valores e ideas que le imprimen orden a su vida
cotidiana. Es una nueva y potente subjetividad, permeada por poderosos valores
de altruismo, solidaridad, bondad, fraternidad y por un elevado concepto de
justicia social. Se trata de un verdadero destacamento de avanzada, templado al
calor de luchas políticas, sociales, electorales, económicas, con capacidad de
conectarse a otras entidades sociales y políticas sin perder su esencia, su
identidad, su propia naturaleza.
Chavismo que constituye un sujeto histórico-social,
un valioso grupo humano aferrado con terquedad a un proyecto,
Somos poema de ternura, canción de amor, prosa
libertaria, relato heroico, en fin un pueblo de paz que libra una epopeya postmoderna,
asombrando al mundo con su majadero esfuerzo por liderizar con sus ideas y
modelar con sus conductas y asì lograr mayores y mejores apoyos al proyecto
bolivariano, a nuestra revolución, ese horizonte de
futuro que nos otorga certidumbre a todos como nación. He allí la clave de la disciplina de
un pueblo como el venezolano frente al Coronavirus, he allí el secreto de la
virtuosa dialéctica entre pandemia y producción pregonada por el Presidente
Maduro, he allí el valor fundamental que nos mantiene erguidos ante la agresión
imperial, he allí la razón por la cual el enemigo imperial y oligárquico no
prevalecerá, no lograra rendirnos y nosotros venceremos.
* Integrante del Consejo Consultivo CBST
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