Documento presentado por la CBST al Congreso Bicentenarios de los Pueblos del Mundo
Un fraterno y clasista saludo a las distintas delegaciones del mundo que hoy nos acompañan en este cierre y apertura de ciclo. Doscientos años de haber conquistado nuestra independencia con las armas en la mano en el glorioso campo de Carabobo y proyectarnos hacia el 2030 cuando acabaremos con el maleficio de la traición santandereana al proyecto unionista de nuestro Padre de la Patria, el Libertador, Simón Bolívar. En este marco debemos reafirmar que el mundo está atravesando por una de sus crisis más duras desde el nacimiento del capitalismo. Cada ciclo de crisis provoca cambios estructurales y un reacomodo en la correlación de fuerzas entre la sociedad y los Estados.
El auge y caída de imperios y naciones estuvo y está estrechamente ligado a las crisis cíclicas del capitalismo. Hoy, sin temor a equivocarnos, insistimos que estamos frente a una crisis estructural del capitalismo que cada vez se le hace más difícil recomponerse para alcanzar su estabilidad, iniciando su marcha hacia nuevos modelos sociales y ejes de poder que vaticinan una nueva era para la humanidad.Hermanos de clase del mundo, es un hecho ya
establecido que el capitalismo ha perdido el control sobre sí mismo, hallándose
impedido de producir por sus propios medios los cambios determinantes para su
normal desenvolvimiento. De allí que debemos ser muy claros y no llamarnos a
engaños, hoy no existe lugar para reforma alguna, el derrumbe del sistema
capitalista ha de ser la obra de un gran movimiento revolucionario a nivel
mundial. Tal situación deja evidenciado que la historia de la humanidad, es la
historia del conflicto, es la lucha entre clases sociales antagónicas en
permanente tensión y confrontación entre los factores en crisis. Tal desafío,
nos impone avanzar de manera decidida hacia una renovada forma de
internacionalismo proletario y ante contradicciones tan agudizadas, solo nos
queda la opción civilizatoria de construir el socialismo, que es la única
alternativa históricamente válida y sustentable, lo cual obliga a la clase
obrera en todos los frentes a comprometerse aún más con su proyecto histórico,
la construcción de la sociedad socialista. Es así como debemos superar toda
actitud reformista y mostrarnos como clase auténticamente revolucionaria, para
así construir una Economía y un Estado propios. Nos está impuesta la tarea de
insurgir con fuerza de mil volcanes para alcanzar la tan anhelada y luchada
transformación, la misma que nos permita gestionar desde una perspectiva no
capitalista y por supuesto socialista, la justa distribución de la riqueza
socialmente producida.
En medio del aquelarre capitalista llega la pandemia
del coronavirus que pone en evidencia la podredumbre del modelo neoliberal y
contrasta la actuación y enfrentamiento entre dos sistemas de vida y de
gobierno girando alrededor de la atención y erradicación del virus mortal y su
debida cuarentena. Mientras los países capitalistas, mal llamados del primer
mundo, y sus aliados menores se debaten con altísimas cifras de contagiados y
muertos, los países progresistas y revolucionarios apoyados por potencias
emergentes como Rusia y China han logrado el control pleno de la pandemia y
mantener las cifras de contagiados y fallecidos en niveles razonables en
comparación con los resultados a nivel mundial. Es nuestro deber denunciar, que
el capitalismo intenta reacomodarse, apelando cada vez más a métodos orientados
por una inusitada barbarie, actuando sin titubeos mediante formas violentas de
todo tipo, ya está probado que la burguesía y el imperialismo, no se quedaran
cruzados de brazos a esperar que transitemos pacíficamente hacia el socialismo.
Estamos asistiendo a una crisis generalizada del sistema capitalista y a una
ruinosa bancarrota del neoliberalismo. Por tanto resulta fundamental retomar
las calles y con ello la lucha de clases que sin lugar a dudas, representa la
única forma de acabar con el capitalismo, sus tensiones y contradicciones.
Venezuela que se ha visto acosada por un criminal bloqueo que
desde hace 9 años afecta la economía y el libre desarrollo de nuestro país,
nuestra querida Patria, ha sido ejemplo para el mundo en la prevención de la
terrible enfermedad con su sistema 7+7 en la cuarentena, con la expansión y
consolidación del sistema público de salud para la atención sanitaria gratuita
a toda la población y como ya dijimos, logrando mantener las cifras de
contagiados y fallecimientos en los niveles más bajos del mundo, llevando los
tratamientos y pruebas a cada rincón de nuestro país. Hemos entrado ya en la
fase de vacunación masiva la cual aspiramos completar para finales de este año
2021, en ese marco la humanidad se prepara para una nueva normalidad relativa
que surge de la propia pandemia del coronavirus y que obliga a repensar al
mundo y las relaciones entre países y pueblos. La derecha internacional
encabezada por un Estados Unidos decadente y sus aliados pugnan por lo que
ellos llaman un nuevo orden mundial que tiene todas las trazas de ser un orden
mundial subordinado a los intereses de las grandes potencias y los planes de
las transnacionales de corte neofascista. Es por ello que inspirados en Fidel y
Chávez, Comandantes eternos de NuestrAmèrica irredenta estamos haciendo un
llamado a la defensa de la humanidad contra el capitalismo salvaje y su barbarie
y convertir la nueva normalidad en el escenario propicio para construir un
mundo multipolar y pluricéntrico donde se respete la equidad y la igualdad como
premisas básicas de un nuevo comienzo para el planeta y para quienes lo
habitamos.
En medio de estos avatares la clase obrera venezolana ha
tenido grandes avances y conquistas que sólo en Revolución es posible alcanzar.
Recuperamos las prestaciones sociales conculcadas por los neoliberales de la
vieja República, proscribimos la tercerización y la flexibilización laboral
como mecanismo de explotación de la clase trabajadora, recuperamos la
estabilidad laboral, en medio de una fuerte confrontación con los patronos
privados y estamos luchando por la recuperación de la capacidad adquisitiva del
ingreso social, vapuleado como sabemos por el bloqueo y las criminales
sanciones imperialistas contra nuestra economía que han generado una hiperinflación
artificial, un sostenido ataque a la moneda nacional, el bolívar y una economía
distorsionada por un dólar manipulado con el objetivo de ahogar financieramente
a la nación, crear zozobra e inestabilidad en la sociedad.
Todo esto lo hemos enfrentado con un instrumento a todas
luces novedoso y que transfiere poder y competencias a la clase obrera
organizada y son los Consejos Productivos de Trabajadores y Trabajadoras CPTT
que teniendo como objetivos fundamentales la producción y la defensa integral
de la Nación se están organizando en cada empresa para garantizar la
participación directa de la clase trabajadora en la producción, seguimiento y
control y distribución de lo que se produzca de manera colectiva y ser
vigilantes en la correcta utilización de los recursos necesarios para la
creación de bienes y servicios que satisfagan plenamente las necesidades del pueblo,
garantizando los derechos laborales de los trabajadores y trabajadoras a través
de sus contratos colectivos y la justa distribución de la riqueza socialmente generada.
Con orgullo la clase obrera venezolana avanza hoy en la construcción del nuevo
modelo de gestión socialista como un paso crucial en la elevación de la
producción y el acercamiento de los Trabajadores al ejercicio del poder.
En los momentos en que estamos desarrollando el Congreso
Bicentenario de los Pueblos del Mundo, el escenario internacional es
profundamente cambiante, Europa en medio de una parálisis producto de la
pandemia y la contradicción entre el capital y la cuarentena, un medio oriente
que enfrenta la agresiones sionistas en Palestina y el afianzamiento de países
como Irán en el escenario y el debilitamiento de las alianzas israelíes en el
mundo. Por otro lado, América Latina, luego de haber retrocedido
significativamente en la última década con los golpes en Honduras, Paraguay,
Brasil, la traición de Moreno en Ecuador, la derrota en Argentina, retrocesos
en El Salvador y el golpe a Evo Morales en Bolivia nos estamos preparando para
una nueva ola progresista y revolucionaria, la victoria de López Obrador en
México, la de la dupla Fernández en Argentina, la liberación de Lula y su marcha
hacia Brasil, la recuperación de Bolivia, la magnífica movilización en Chile y
la derrota de los fascistas neoliberales en la consulta constituyente y las
gobernaciones y alcaldías, las más recientes elecciones en Perú que por primera
vez está en manos de un factor progresista y a punto de desalojar del gobierno
a quienes por siglos han detentado el poder son síntomas fehacientes de avances
de fuerzas populares en NuestrAmèrica.
Este encuentro con tan buenos augurios, aún sin cantar
victoria, nos lleva a la reflexión de que este impulso progresista y
revolucionario debe servir de palanca para la movilización internacional en el
marco de la construcción de la nueva normalidad relativa y de la elaboración de
la agenda común de los Pueblos en lucha contra el capitalismo y su expresión
imperialista. Parafraseando al Che "la humanidad ha dicho basta y ha
echado a andar" es la hora de la movilización y la solidaridad. Desde
nuestra Central Bolivariana Socialista de Trabajadores y Trabajadoras (CBST) hemos asumido la unidad y la
integración como base fundamental para el desarrollo de un vasto plan que nos
permita presentar un bloque de Trabajadores y Movimientos Sociales para la
solidaridad y la defensa integral de NuestrAmèrica. Colombia espera por nosotros,
Puerto Rico espera por nosotros, Centroamérica espera por nosotros. Es por ello
que dentro de nuestra mejor tradición Bolivariana y Chavista hace unos años
junto a compañeros de Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Venezuela con el
conocimiento de Cuba, decidimos lanzar Trabajadores del ALBA como una
alternativa de coordinación de nuestras luchas de cara al bloqueo y las
constantes agresiones imperialistas. ALBATrabajadores viene a responder a la
necesidad de un movimiento antiimperialista que reúna lo mejor de nuestra
vanguardia obrera latinoamericana que lucha por la liberación nacional y el
Socialismo.
Es por ello que clase obrera internacional y nacional deben
modificar nuestras prácticas de lucha, revisando nuestro programa de
liberación, también llamado programa de emancipación de la clase obrera.
Desplazar la hegemonía del capital nos impone un gran reto, debemos avanzar
hacia una transformación verdaderamente revolucionaria, que impida las
catastróficas regresiones de un sistema capitalista senil, prematuramente
envejecido bajo un modelo neoliberal probadamente reaccionario, como el
experimentado en tiempos recientes a lo largo y ancho de nuestra querida y
herida América Latina.
Wills Rangel
Presidente
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