jueves, 20 de agosto de 2020

Darío Vivas, el arquitecto de las movilizaciones del chavismo,

 


Por;  Néstor V. Ovalles

Una feroz peste recorre el mundo, es la pandemia del Coronavirus que viene a confirmar la fragilidad de la humanidad y lo inviable que resulta el sistema capitalista. Una terrible enfermedad nos aísla por precaución y nos reconcilia con una solidaridad que se había extraviado en los confines del consumismo, la explotación y la injusticia. Un factor que aún está por determinarse cuál será su efecto sobre una sociedad agotada en sus contradicciones, fungirá como sepulturero este virus o se constituirá en una bombona de oxigeno que  restaure más violento, despótico y autoritario al capitalismo. De nuevo se hace presente la encrucijada histórica; civilización o barbarie.

Se nos presenta como un gran desafío, una afrenta, un reto ineludible, este enemigo invisible que nos ataca despiadado y se suma cómplice a la más brutal ofensiva que pueblo alguno haya soportado, solo como castigo a su firme disposición a emanciparse, abandonando la condición de colonia. El pueblo de Bolívar y Chávez más que aterrado, indignado, se enfrenta al imperialismo en todos los terrenos que nos presenta combate y sus mejores hombres y mujeres son llamados a primera fila, quienes tranzados en dura pelea ofrendan su vida para que millones tengan esperanza y futuro.

Uno de ellos, quien se desprendió a temprana edad del bucólico paisaje andino para hacerse voz y pasó firme, disciplina y entrega, militancia y compromiso para y con el socialismo. Darío Vivas el arquitecto de las movilizaciones del chavismo, el instrumento de una revolución bolivariana que ha declarado al mundo que fue y será siempre preferible marchar que matarnos entre hermanos. Darío vivas quien opto por convicción montar una tarima que montar un cadalso. Su contribución a la paz en nuestra Patria, esta por ser justamente ponderada, pues cuantos cadáveres, llanto y luto nos evitamos cuando aceptamos su invitación a tomar las calles de Caracas y llenarlas de consignas, cantos y alegría, lejos del incendio, la bala y el odio. Si se ausento  Darío a seguir cerrando filas con los comandantes y con otros que partieron antes a conformar el batallón de luz de esta larga marcha que continuaremos Hasta la Victoria Siempre.                          


 


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