II CONGRESO DE LA CLASE OBRERA
Resultaría inexcusable para el balance que debemos hacer en el marco del II Congreso impulsado por la CBST-CCP para convocar al más amplio debate a la clase obrera y el pueblo trabajador venezolano, no dar un tratamiento adecuado y detallado al tema de la formación política-ideológica como el valor intangible que demanda el proceso productivo. Una formación desde la perspectiva obrera para armarnos con categorías de análisis que aborden las diversas concepciones de mundo, sus implicaciones más directas y por supuesto la transformación de las realidades, es decir, estamos obligados y obligadas a aprovechar el tiempo histórico en el que se vienen develando categorías desde el hacer, el quehacer y el ser cotidiano y
a partir de allí consolidar una consciencia crítica de nuestros y nuestras dirigentes sindicales, sociales y populares; que nos permita identificar definitivamente y con claridad que se trata de dos modelos políticos: el capitalismo que cada día cobra más vidas, excluye a millones de personas en el mundo y depreda sostenidamente la naturaleza o el socialismo que reivindica la vida e incluye a los seres humanos en una dinámica de convivencia, paz y vida.En ese marco, conviene señalar que los
cambios incorporados en el mundo, debido al marco de la pandemia que
enfrentamos, nos ha obligado a buscar nuevas alternativas de subsistencia,
comunicacionales, productivas y formativas, entre otras, sustentadas
básicamente en el uso de las tecnologías como elemento protagónico del diseño
para el desarrollo de un nuevo mundo que nos guste (o no) tiene tiempo
conformándose frente a nosotros. Al respecto, el 26 de febrero del año 2021,
nos dijo el periodista Ignacio Ramonet lo siguiente:
“El medio dominante de hoy son las redes
sociales… 30 años han pasado desde la invención del internet, medio que
representa la cuarta o quinta gran revolución comunicacional del ser humano…
Hoy cada uno de nosotros tiene toda la potencia de la comunicación… las redes
sociales representan un sistema específico e inédito que sobrepasa una
audiencia y que, en términos cuantitativos, está demostrado que no sólo son un
medio dominante… son un instrumento político”. (Conferencia VTV, Ccs, 2021).
Casi un año después, el 26 de enero de
2022, en una ponencia televisada, el presidente Nicolás Maduro señaló otro
importante camino que, como venezolanos, debemos tomarnos en serio:
«El metaverso marcará el mundo de las
comunicaciones»… «El mundo ha cambiado de manera muy acelerada y ya se habla
del mundo del metaverso. Si alguien le pregunta, poca gente lo sabe, pero en
uno o dos años el metaverso marcará todo el mundo de la comunicaciones. Yo
planteo estos debates para tocar la campana y despertar la conciencia»,
expresó el mandatario. Hay que definir acciones con el fin de “crear un
poderoso centro de producción y comunicación para las redes sociales con el fin
de que la cultura nacional… sepa cómo manifestarse, cómo llegar allí a nivel
nacional y mundial”.
Por supuesto, podemos
darnos cuenta cómo, en tan sólo un año, se nos está marcando una línea
tecnológica, que debemos aprovechar en beneficio de la clase obrera.
Ahora bien, sería muy
ingenuo pensar que solamente los cuarenta años de sometimiento a los gobiernos
del Puntofijismo en Venezuela, son los causantes de la esclavitud ideológica
del pueblo venezolano. La sociedad venezolana es el producto de quinientos años
de colonialismo, desde la invasión y colonización española cuyos resultados
fueron la devastación material, cultural y espiritual del mundo indígena
conocido en América Latina, hasta la neocolonización del imperio norteamericano
durante los siglos XIX y XX (las dos colonialidades a las que se refiere
Enrique Dussel) las cuales han causado los genocidios más grandes del mundo; es
esta la génesis de una masiva y estructurada operación de ideologización y
naturalización del sistema capitalista.
Entendemos la dificultad
que enfrentamos y no por ello, nos dejamos abatir. Las circunstancias descritas
nos colocan en condiciones aún más complicadas de superar, porque se trata de
quebrar esa estructura de pensamiento, de romper con ese esquema de ser humano
que nos fue inoculado en las más íntimas fibras, en los tuétanos; obligándonos
a aceptar las realidades de la injusticia social, demagogia política y
alienación cultural, variadas formas de corrupción, el enriquecimiento súbito,
la delincuencia de cuello blanco, el poder concentrado en una reducida
oligarquía que representa el 1% de la población mundial, quien se adueña del
40% de las riquezas del mundo y creer que eso es normal, que la vida es así,
naturalizar la explotación y que vinimos a este mundo en esas condiciones y por
lo tanto debemos conformarnos con un sistema capitalista que apenas nos permite
la reproducción biológica y productiva.
Nos será realmente cuesta
arriba alcanzar clarificar estas condiciones por las cuales transita la
Revolución Bolivariana, si no somos capaces de trabajar en la formación, con la
suficiente rigurosidad para analizar la complejidad de las realidades, pero al
mismo tiempo apelar a la sencillez de la cotidianidad. No podemos develar las
injusticias sociales, las circunstancias adversas a las que nos tienen, aún
sujetos mediante las fuerzas de un eufemístico mercado, sin hacer esfuerzos
sostenidos en esta dirección. Debemos esforzarnos por una formación que permita
valorar más allá de lo material el cúmulo de logros no sólo reivindicativos,
sino de participación política, social, económica y cultural que la Revolución
Bolivariana, el Comandante Eterno Hugo Chávez y su inquebrantable continuador
el Presidente Obrero Nicolás Maduro, ha tenido para con la clase trabajadora,
lo cual en nuestra opinión hace posible el esfuerzo en la construcción de la
consciencia social necesaria, urgente, emergente para revertir y transformar
las realidades; es decir, que permita la concientización individual y colectiva
para cada día “ser más” como diría Paulo Freire, pero, no para ser más que los
demás, que es una premisa del capitalismo, sino para ser cada día más humanos.
Con una maquinaria
mediática tan poderosa como la que nos mueve al consumismo inconsciente, que
como lo denuncia Eduardo Galeano es “La cultura del consumo, cultura de lo
efímero, que condena todo al desuso mediático. Todo cambia al ritmo vertiginoso
de la moda, puesta al servicio de la necesidad de vender”.(Eduardo Galeano; El
Imperio del Consumo. 2012) Por ello, se nos impone como necesario unir la
praxis y la teoría para forjar la conciencia revolucionaria, porque las más
grande garantía de continuidad de la revolución, será la capacidad que tengamos
de desvelar las injusticias del sistema capitalista y esto sólo podemos
lograrlo entre otras cosas, con formación política-ideológica desde nuestro
acontecer diario y que sean los conceptos trabajados por la gente, los que se
conviertan en teoría desde la práctica diaria, con el auxilio por supuesto de
los avances en la ciencia y tecnología.
Los planteamientos
anteriores quedan reforzados, con el artículo: “Teletrabajo: una oportunidad de
repensar la educación en la era de la tecnología”, donde la doctora chilena
Lioubov Dombrovskaia, nos dijo:
La pandemia nos demostró
que es posible trabajar productivamente a distancia. Creo que el teletrabajo
será una modalidad permanente, que podremos aprovechar en beneficio propio y de
nuestras familias… El desafío de la pandemia se encuentra en adecuar nuestra
forma de trabajar a las circunstancias y aprender a usar mejor las herramientas
disponibles… Más que desarrollo de herramientas, es una oportunidad de repensar
la educación en la era de la tecnología… Creo que la educación a distancia será
una de las formas más usadas en el futuro. Con la rapidez con que cambia el
mundo y el trabajo, sería la forma de adquirir las habilidades que el mercado
laboral requiere. (p. 0, 2020). [Negritas nuestras]
De esta manera, desde la clase
obrera comprendemos que ahora la tecnología y la educación se han imbricado por
lo que podemos aprovechar herramientas clásicas como los foros, debates,
diálogos, conferencias, cine-foro, clases magistrales, etc., para realizar
nuestros procesos formativos a través de la modalidad a distancia por medio
internet a través de video-conferencias o foro-chats a través de WhatsApp o
Telegram, lecturas en PDF con cuestionarios en línea, cine-foros a distancia,
clases on line síncronas o asíncronas a través de plataformas como Moodle o
Google Classroom, etc. Se trata entonces de emplear la tecnología imperante en
función de difundir el pensamiento filosófico de la revolución y que éste
permanezca en el tiempo, gracias al uso de plataformas como YouTube, Vimeo, Facebook,
etc. Por supuesto que en el aspecto comunicacional podemos emplear redes
sociales como Twitter, Instagram, Tik-Tok, entre otras.
Desde luego que no se
trata de implementar una formación política e ideológica para depositarle
conceptos a las y los compatriotas, o bien que se recree en el uso de las
“tecnologías” como aparente forma de adaptación a los cambios de época y poco
más; se trata de una formación donde, desde nuestra cotidianidad, la gente
construya los conceptos y genere las categorías para continuar analizando las
realidades, pero además esto contribuya firme y radicalmente con erradicar las
condiciones adversas de vida capitalista y generar una vida más justa,
solidaria, socialista. Proponemos una formación en la cual la dinámica de los
encuentros para la construcción o reconocimiento de conocimientos entre las y
los participantes esté orientada por preguntas generadoras con base en el
quehacer diario de las personas, su historia, lo que somos, por qué somos lo
que somos, donde la gente pueda ver el porqué de nuestras economías, por qué
existe una lucha entre quienes son los dueños del capital y la clase
trabajadora, donde se pueda develar la razón de ser del oposicionismo
venezolano y concluir que responde a la defensa de los intereses de los grupos
económicamente poderosos.
Pero, lo más resaltante de
esta propuesta formativa, es que no se van a desarrollar estudios desde los
conceptos fríos y etéreos, desde una teoría sin sentido que nuestros
trabajadores y trabajadoras no puedan comprender; sino que desde las preguntas
generadoras, que tienen que ver con el diario quehacer, con lo que decimos, con
lo que pensamos, con lo que nos sucede día a día, se van a ir descubriendo las
categorías para el análisis de la historia y también se puedan ir construyendo
nuevas categorías que nos permitan delinear, nuevas concepciones para seguir
defendiendo e impulsando con más fuerza cada día la Revolución Bolivariana.
Reiteramos, la más grande
garantía de continuidad de la revolución será la capacidad que tengamos de
develar las injusticias del sistema capitalista y esto sólo podemos lograrlo
con formación política–ideológica desde nuestro acontecer, la metodología que
proponemos está lejos de la metodología de la erudición, jerárquica, egoísta,
subordinada. Sino una metodología donde entre todos y todas se develan
situaciones, relaciones y realidades para reconstruir conceptos y praxis que
nos permitan cambiar esas realidades. Al respecto decía Lenin: “Para el
comunista (...) hace falta algo más que nociones rudimentarias. Hay que
'aprender el comunismo', aprender a 'crear la sociedad comunista. Y esto no se
puede conseguir sin una lucha práctica cotidiana por el comunismo, sin la
participación personal y constante en su creación. Sin trabajo, sin lucha (...)
el conocimiento libresco del comunismo (...) no tiene absolutamente ningún
valor”. (Lenin, Vladimir; El renegado Kautsky)
Se trata de una
metodología que no es para saber más o adquirir conocimientos teóricos,
conceptuales y regodearnos académicamente en ellos, al contrario se trata de
una metodología para la construcción de conocimientos teóricos y conceptuales
desde nuestro vivir diario y para el vivir. Por supuesto, al final estas
concepciones estarán transversalizadas por las categorías históricas del
desarrollo multilíneal de los procesos que nos conducen al socialismo.
Insistimos, se impone desarrollar una concepción de la formación que no sea
prisionera de la hegemonía positivista, la cual se viene ejerciendo sobre
nuestras formas de pensar, sistemas de creencias y mecanismos de representación
que el sistema educativo y las concepciones pedagógicas de la sociedad
capitalista han configurado. Tomando distancia de lo afirmado por el
positivismo y el funcionalismo lo esencial en esta nueva concepción de la
formación es considerar que la fenomenología social se haya compuesta de
relaciones, hechos, acciones, luchas y se construye empujada por la voluntad
humana, voluntad esta que en el fondo es política y debe estar fundada en un
profundo conocimiento de la realidad social.
Nos estamos refiriendo a
una formación comprometida con lo real-concreto que pone de lado el uso de
modelos abstractos sustentados por la inútil especulación, imponiéndose la
resolución teórico-práctica de problemas y contradicciones reales, así como la
reconstrucción permanente de categorías, conceptos, formulaciones y enfoques,
decididos militantemente a enfrentar problemas que dificultan el desarrollo
social, que acosan la vida y colocan a la humanidad en encrucijadas de tipo cultural
y civilizatorio, como las presentes hoy. Por tanto la formación en nuestro
concepto, es acción social del sujeto histórico, es decir la formación está
vinculada a complejos tejidos de relación social, a las vivencias de los
sujetos que son nutrientes especialísimos de la formación en tanto que acción
social. El objetivo fundamental de una formación filosóficamente distinta como
ésta, es producir conocimiento a partir de la recuperación de la memoria
histórica y de la sistematización de la experiencia de vida. El tutor
tradicional utiliza el saber como poder otorgado para imponer sus propios
intereses de clase, su voluntad ideológica, la cual usa para estimular y
afianzar la supuesta naturalidad que contiene la división del trabajo entre
manual e intelectual. En esta concepción de la formación subyace una jerarquía,
un autoritarismo, un dirigismo al servicio de la dominación social y la
normalización cognitiva.
Debemos reconocer en estas
reflexiones acerca del proceso de formación, que el participante no es un ser
inactivado, un objeto; contrariamente a esto es un sujeto individual-colectivo
que se apropia del saber genérico y específico participando de experiencias
significativas de; reflexión, análisis y debate. Por tanto es esta una
pedagogía que afirma y fortalece las formas organizadas de los sectores
populares y obreros, con capacidad para dar sentido a un nuevo orden ético,
económico, político y social, impugnando las metodologías que estimulan el
individualismo y apostando firmemente por la construcción de redes sociales, de
pueblo organizado y consciente ejerciendo efectivamente el poder. Su fortaleza
emancipatoria consiste en ser poder que construye saberes colectivos, donde la
formación no es un monólogo, es comunicación e intercambio dialéctico. En el
entendido que la formación es una experiencia que construye campos de acción
socio-políticos articulados a otros campos de acción, trabajo y lucha con la
clara vocación de profundizar en la transformación estructural de la sociedad y
en consecuencia de las relaciones capitalistas de producción con el único
objetivo de construir el socialismo.
Un proceso de formación
concebido así, debe enrolar a orientadores, acompañantes, facilitadores
militantes en la construcción, reconstrucción y sistematización del saber
individual -colectivo, del conocimiento vivencial y cotidiano, del desarrollo
técnico y científico. Es necesario que exista una interrelación entre los dos;
relación de orientación y empoderamiento del saber, del conocimiento así
construido, para transformar la realidad. Sin duda constituye una formación
basada en el diálogo y en develar realidades complejas y problemáticas. Llegar
a construir el conocimiento en estos espacios será el resultado de ejercicios
de todo tipo: lógicos, racionales, lúdicos, artísticos, técnicos, creativos. No
dudamos en proponer a la investigación acción participativa proveniente de la
llamada pedagogía crítica como metodología pues, fue motor de la revolución
epistemológica que se desencadenó hace unas décadas atrás. Por tanto no se
agota en una simple metodología de la investigación, es también en esencia una
expresión del activismo social, de la militancia en el apoyo a los colectivos
populares, del compromiso político, de la participación consciente. Es una
suerte de juntar todos los espacios: políticos, sociales, pedagógicos,
ecológicos, comunitarios, obreros, campesinos, estudiantiles, militares,
enlazándolos en una poderosa red.
De allí que un objetivo
fundamental para la investigación acción participativa sea, potenciar y hacer
explotar el poder del pueblo, de las llamadas clases subordinadas pero, más
aún, es lograr conquistar el control sobre el proceso de producción del
conocimiento, su sistematización y uso tienen el fin estratégico de romper con
el actual monopolio sobre la ciencia y la cultura que ejercen las élites. Es
este un proceso pedagógico de pensar y repensar la experiencia en la que se
participa, lo cual viene a negar la condición externa, alejada, neutral de los
involucrados. Se es sujeto activo, se participa, se compromete, impugna,
cuestiona, formulan dudas y hacen propuestas. Es un esfuerzo pedagógico que
sella compromisos de relacionamiento continuo, creativo y transformador. Es una
pedagogía insurgente, desobediente, liberadora, autotransformadora y
transformadora. Partiendo de lo anteriormente señalado, proponemos un Sistema
Nacional de Formación, que tenga enlace con distintas Universidades Públicas
creadas en revolución, comenzando con la Universidad Bolivariana de
Trabajadores "Jesús Rivero", este Sistema de Formación tendrá como
basamentos:
1) La Ética y la Moral
Revolucionaria; que permita cercenar los flagelos del capitalismo; la
corrupción y el burocratismo, que tanto daño hacen a la Revolución Bolivariana,
centrándonos en los valores expresados en nuestra constitución, debemos luchar
contra los antivalores del capitalismo, como el egoísmo y el individualismo, se
hace necesario asumir los valores del humanismo, la solidaridad, la igualdad,
es por ello que debemos entender que toda revolución es y debe ser una
transformación moral y ética que debe expresarse en la conciencia del individuo
y de su colectivo.
Carlos Marx señala:
"la existencia social determina la conciencia social" es decir a
determinadas condiciones de vida, corresponden determinadas ideas y condiciones
políticas. El sistema político es el que condiciona el proceso de vida social,
política e intelectual, no es la conciencia del hombre o la mujer la que
determina la realidad; por el contrario, la realidad social es la que determina
la conciencia.
La formación permanente es
parte esencial para la construcción de la ética revolucionaria, pero es
insuficiente, el desarrollo de la formación debemos verla como parte de la
acción individual y colectiva, aplicar la ética revolucionaria debe ser una de
las mejores herramientas para la defensa de cualquier desviación que conlleven
a la clase trabajadora al camino de la contrarrevolución.
2) Comprensión de la
realidad para poder transformarla; para transformar la realidad, estructuralmente
y en su complejidad hay que comprenderla, por medio de una relación permanente
con ella, en este sentido el Sistema Nacional de Formación debe hacer de ese
conocimiento, de manera crítica, de su producción en la práctica
revolucionaria, la clase trabajadora debe desarrollar una comprensión del mundo
, este relacionado con el tiempo y el espacio, en donde toca actuar como
individuo y en colectivo para impulsar la revolución.
3) Compromiso con el
proyecto del socialismo bolivariano; partamos de que tenemos una historia
propia con una tradición de luchas, esa es la fuente primaria, en donde el
Comandante Hugo Chávez expreso del árbol de las tres raíces: Simón Bolívar,
Ezequiel Zamora y Simón Rodríguez y ahora tenemos que incorporar una cuarta
raíz que es el aporte personal del Comandante supremo, como síntesis de las
tres anteriores, tomando en cuenta la teoría revolucionaria del socialismo
científico y su análisis crítico de las experiencias socialistas del siglo XX.
En resumen nuestra revolución se identifica como bolivariana, chavista,
socialista, anticapitalista y antiimperialista.
4) Manejo de herramientas
necesarias para la práctica revolucionaria; debemos partir de una máxima de que
la formación en sí misma no tiene sentido revolucionario si no es útil para la
transformación del mundo, por ello tenemos que trabajar con y para la clase
trabajadora y para ello debemos manejar determinadas herramientas necesarias
para ejercer el oficio revolucionario: Análisis de la realidad, la organización
de la clase trabajadora, síntesis y manejo de la información, la comunicación,
dirigir reuniones, capacidad de movilización.
METODOLOGÍA PARA LA
FORMACIÓN:
1) El uso de la Pedagogía
crítica y liberadora como formación teórico-práctica para la transformación,
debe ser un vehículo para fundamentar y fortalecer este planteamiento en el
seno de la clase trabajadora, todo proceso pedagógico contiene una visión de
mundo y de relaciones entre sus miembros, en función de una determinada
ideología, de ahí que toda acción educativa es política, por ello debemos
asumir la política como un proceso que contribuye a la construcción de una
nueva hegemonía socialista.
2) Teoría-práctica para la
transformación social a partir de la investigación acción participativa, la
teoría y la práctica debe ser fuente y destino de la acción formativa, todos
los talleres, cursos, charlas y video-conferencias deben diseñarse sobre la
base de esta relación, tanto en sus contenidos, como en sus estrategias.
3) Formación planificada;
los programas de formación deben tener como base las necesidades que se
desprenden de la construcción del socialismo bolivariano y su expresión en el
Plan de la Patria.
4) Formación científica y
humanística; todo proceso formativo debe impulsar los principios, valores y
doctrina expresados en nuestra Constitución y en el Plan de la Patria, para
ello el proceso pedagógico debe basarse en el conocimiento humanístico y
científico en cuanto a las luchas expresadas en estos 23 años de revolución
bolivariana .
5) Contextualizada y
permanente; la formación debe partir de un análisis concreto de nuestra realidad
de manera dialéctica, de lo particular a lo general, permanente porque la
revolución está en constante cambio, en transformación permanente por lo tanto
la formación debe y tiene que ser permanente.
6) Formación individual y
colectiva; las y los revolucionarios debemos tener un compromiso individual y
colectivo, por esta consideración la formación de igual manera debe propiciar
el estudio individual y colectivo, el proceso de enseñanza-aprendizaje debe
impulsar la solidaridad, el respeto mutuo, el compartir, la crítica y la
autocrítica.
7) Diálogo de saberes; el
trabajador, la trabajadora deben tener inventivas a través de un diálogo
crítico, la experiencia acumulada debe servir como fuente de reflexión-acción
para avanzar en la definición de métodos que sirvan de impulso en la
construcción del socialismo.
Esta metodología y
basamentos deben servir como herramienta fundamental para el impulso de la
formación política-ideológica de la clase trabajadora y permita con ello un
paso importante en la construcción del socialismo bolivariano.
A modo de conclusión,
debemos manejar determinadas herramientas necesarias para ejercer el oficio
revolucionario: Análisis de la realidad, la organización de la clase
trabajadora, síntesis y manejo de la información, la comunicación, dirigir
reuniones, capacidad de movilización, recordando siempre que nuestra revolución
se identifica como bolivariana, chavista, socialista, anticapitalista y
antiimperialista. Y que, ahora, se podrá proporcionar el contenido más profundo
a través de la modalidad Educación a distancia que estará al alcance de todos
en cualquier lugar, a cualquier hora y por todos los medios en que podamos
estar de manera permanente. Esta metodología y basamentos deben servir como
herramienta fundamental para el impulso de la formación política-ideológica de
la clase trabajadora y permitirá con ello un paso importante en la construcción
del socialismo bolivariano.
Comisión Organizadora
Febrero 2022
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