II CONGRESO DE LA CLASE OBRERA
Un sucinto balance:
Resulta oportuno indicar que nuestro país salió tempranamente de la “oscura noche neoliberal” de los años 90, gracias a las transformaciones emprendidas por nuestro amado Comandante Eterno Hugo Chávez Frías, quien desde 1999, rompió con las políticas que para entonces dictaban los grandes centros financieros, políticos y militares internacionales e inicio el tránsito hacia una Patria Bolivariana
que ya no tiene que ir más a Washington para pedir permiso. La historia en su proceso, en su marcha accidentada y sinuosa nos colocó como clase obrera, hacia finales del siglo XX frente a la posibilidad de retomar nuestra misión histórica, construir el socialismo bolivariano al calor de la lucha de clases. Dicha posibilidad no llego sola, vino de la mano de un portento de líder, de esos que nacen cada 100 años cuando los pueblos despiertan, un hombre que abrió el camino para la tan esperada y luchada revolución en nuestro saqueado y sufrido país. Nos hallaba nuestro Comandante Chávez, extraviados, perdidos en el desierto indigno, corrupto, represivo y entreguista de la llamada 4ta República y para colmo de males nos encontraba divididos, enfrentados por razones de poca monta estratégica y sin capacidad táctica para defender las pocas posiciones alcanzadas.Fue así como nos tomó de la mano y nos
indicó la ruta conduciéndonos a una primera gran victoria aquella que nos
permitió como clase obrera ganar en consciencia, al probar que podíamos
rescatar y poner andar nuestra industria petrolera, derrotando aquel paro
petrolero fraguado por el imperio para tumbarlo. Esta fue una significativa
victoria, la cual creo las condiciones para más adelante dar un importante
salto organizativo, venciendo el divisionismo y unificándonos en torno a la
cumpleañera de hoy la CBST-CCP, en un mismo año,
en el 2012, llevando consigo los dolores de aquella terrible enfermedad, se
empeñó el Comandante en legarnos dos escudos protectores para el mundo del
trabajo en Venezuela; la CBST-CCP y la LOTTT.
Fue así como transitamos
un periodo de ascenso en el combate por el socialismo, siempre conducidos por
nuestro gran líder, hasta que una emboscada de la vida, en esos recodos donde
siempre están apostados los enemigos de la esperanza popular, no los arrebato y
partió de este plano terrenal, no sin antes decirnos con su sabia y lucida
pedagogía que se marchaba dejándonos libres e independientes, pero si no
construíamos el socialismo, todo sería esfuerzo perdido, por tanto debíamos no
solo votar, sino acompañar a Nicolás Maduro Moros hasta las últimas
consecuencias, pues su suerte, es la nuestra como clase obrera. Consecuentes y
perseverantes siempre al lado de nuestro hermano de clase, hemos enfrentado a
esta guerra multiforme, esta serpiente de mil cabezas que nos bloquea, roba
valiosos activos, nos persigue por el mundo, trae la guerra a nuestras
fronteras, destruye la economía nacional y planea aplastarnos por ser un mal
ejemplo para quienes nunca renuncian a luchar para emanciparse.
Una revolución que nos
sacó del Laberinto
Nuestro Comandante Supremo
Hugo Chávez Frías supo interpretar las señales de aquel tiempo, signado por la
ola neoliberal de los años 90, rompiendo con las políticas dictadas por la
cúpula financiera internacional (FMI-BM) que supeditaban las ayudas, préstamos
e inversiones a la aplicación de dolorosas medidas de recorte en los derechos
sociales, recetas de shock que afectaban a millones de trabajadores y
trabajadoras a lo largo y ancho del mundo y en Latinoamérica en específico,
sumiéndolos junto a sus familias en la más abyecta miseria. El
Comandante-Presidente Chávez consecuente con su programa y ajustado a la
promesa contraída con su pueblo, no dudo en aplicar el texto constitucional,
las leyes y decretos posteriormente aprobados, regalando a nuestra Patria un
período de prosperidad y de crecimiento que se reflejó inmediatamente en la
mejora de las condiciones de vida de nuestro pueblo y en el respeto a los
derechos humanos y los derechos laborales de los trabajadores y trabajadoras.
Crecimiento económico
sostenido, (43% del PIB) y descenso significativo del desempleo (Del 15% al 6
%) por solo mencionar dos indicadores que dan cuenta que nuestra Patria,
República Bolivariana de Venezuela desarrolló en la primera década del siglo
XXI y la mitad de la segunda, una economía floreciente que se reflejó
plenamente en la satisfacción de los derechos sociales y económicos de la
población. En el año 2012 se promulgó la Ley Orgánica del Trabajo, los
Trabajadores y las Trabajadoras (LOTTT), después de una consulta que
arrojó cerca de 20.000 propuestas de trabajadores y trabajadoras, la cual
refrendó y mejoró los contenidos de los Convenios Fundamentales de la OIT,
garantizando el trabajo, el salario, los sindicatos, las convenciones
colectivas, y derechos específicos como la protección a la madre y padre
trabajador, la protección ante la violencia en el trabajo e incluso abordó
temas de más reciente vigencia como los derechos de los trabajadores a
distancia ahora expresados como teletrabajo.
Un ejemplo como este no
podía ser permitido y la primera reacción fue fraguar un peculiar golpe de
Estado contra el Comandante Chávez encabezado por el gremio empresarial (La
patronal FEDECAMARAS) enmarcado en la hipócrita política de cambio de régimen a
la cual apuesta EE.UU y secunda la U.E. En el año 2013 desaparece del plano
terrenal el Presidente Hugo Chávez Frías y, el pueblo venezolano asiste
masivamente a las elecciones para designar a Nicolás Maduro como Presidente de
la RBV por cinco años. A partir de este año se intensifica la ofensiva de los
Estados Unidos de Norteamérica y la Unión Europea, apoyados ahora por varios
países de Latinoamérica agrupados en torno al tristemente célebre Grupo de
Lima.
Se inicia una nueva
agresión caracterizada por la crueldad
En diciembre 2014 sube de
nivel la agresión y aprueba el Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica
la Ley 113278 que establece medidas arbitrarias de “sanción” contra la
soberanía de nuestro país, restricciones al Banco Central de Venezuela, a la
empresa petrolera estatal (PDVSA) y prohíbe a ciudadanos norteamericanos y
empresas comercializar con el Gobierno de Venezuela. El 2015 el presidente de
los EEUU Barak Hussein Obama promulga su orden ejecutiva donde declarando a
Venezuela como una amenaza “inusual y extraordinaria” contra los intereses de
su nación. Recientemente, el Gobierno de Donald Trump se dedicó a profundizar
la agresión con las órdenes ejecutivas 13808 (agosto 2017) y 13857 (enero de
2019). Fueron ocupadas las empresas petroleras y petroquímicas propiedad del
Gobierno de Venezuela en el extranjero, Monómeros en Colombia y la corporación CITGO
en el territorio norteamericano, propietaria de tres grandes refinerías y
de más de 5.000 estaciones de gasolina que producen y distribuyen al mercado
norteamericano.
Una de las peores
consecuencias de las medidas coercitivas unilaterales mal llamadas sanciones,
es el impacto sobre la producción de petróleo. Bloqueo financiero y
tecnológico, bloqueo a la compra de equipos e insumos médicos, bloqueo a la
comercialización del crudo mediante la aplicación de sanciones a países
potenciales compradores o a empresas navieras que transporten el crudo
venezolano y hasta la imposibilidad real de producir gasolina para el consumo
interno, teniendo el complejo refinador de gasolina más grande de
Latinoamérica. Las órdenes ejecutivas permitieron al imperio estadounidense a
imponer sanciones y proceder delictivamente a incautar los recursos económicos
venezolanos. De acuerdo con cifras oficiales, ofrecidas por el hermano
Presidente Nicolás Maduro Moros en su mensaje anual a la nación, hemos perdido
30.000 mil millones de dólares desde 2015 hasta 2019 que afectan directamente a
la sociedad venezolana, traduciéndose este impacto en la pérdida 8.400$ a
12.100$ per cápita.
Un resultado directo del
bloqueo y medidas coercitivas unilaterales ha sido la afectación en las áreas
de compra de alimentos y medicamentos que impiden su importación y obstruyen el
desarrollo de la industria agroalimentaria, al no poder adquirir nuevos insumos
y equipos. Se trata de un duro golpe a la población venezolana. La más brutal
expresión del bloqueo, ha sido en salud, se le ha negado a nuestra Venezuela el
acceso a materia prima, medicamentos, equipos médicos con la clara intención de
causar daño. En consecuencia se bloquearon los fondos reservados por nuestro
gobierno para a la importación de 300.000 dosis de insulina, se impidió la
compra de 2 millones de dosis de tratamiento antimalárico ya que el laboratorio
BSN Medical con sede en Colombia se rehusó irresponsablemente a enviar el
medicamento habiendo recibido el pago correspondiente. Sumado a lo anterior el
banco suizo UBS bloqueo las transacciones para la compra de vacunas de acuerdo
al programa de inmunización de 2017, obligando a la República Bolivariana de
Venezuela y a la Organización Panamericana de la Salud (OMS) a buscar
otras alternativas, en bancos de distintos países.
A partir del año 2015 se
inicia este ataque a la moneda venezolana, el Bolívar, generando una permanente
depreciación, que no tiene ninguna explicación económica racional, sino, muy
por el contrario, los indicadores económicos venezolanos venían en franco
ascenso, como explicamos anteriormente. Se desata un proceso hiperinflacionario
el cual tiene consecuencias directas en la depreciación del salario de los trabajadores
y trabajadoras, mermando el acceso a los bienes y servicios con consecuencias
de deterioro social. El proceso hiperinflacionario venezolano presenta
características de una clara agresión política, experimentándose incrementos de
precios injustificados, marcados por el tipo de cambio paralelo que pulverizan
el incremento del salario mínimo y las tablas de salario de la Administración
Pública Nacional. (APN)
Hemos sido y seremos
consecuentes con la defensa de la revolución y de la clase trabajadora venezolana
Nuestra organización
sindical, la CBST-CCP, ha mantenido una permanente comunicación con el Gobierno
de la RBV desde nuestra fundación el año 2011. Hemos sido consultados
permanentemente para la fijación del salario mínimo. En las condiciones actuales
de medidas coercitivas unilaterales, bloqueo económico internacional y proceso
hiperinflacionario inducido hemos formulado propuestas y presentadas peticiones
que en articulación con el Estado venezolano, para la atención económica y
social a la clase obrera garantizando la subsistencia a pesar de las terribles
condiciones que enfrentamos, es lo que hemos denominado “Salario Social”.
De igual forma se ha
atendido la alimentación mediante el sistema de los Comités Locales de
Alimentación y Producción (CLAP), se ha mantenido el acceso al sistema público
de salud gratuito, se garantiza la educación básica y universitaria gratuita
para los hijos e hijas de los trabajadores y trabajadoras y se desarrolla el
sistema de construcción de viviendas Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV) que
garantiza la asignación de unidades subsidiadas, superando ya los 3 millones de
viviendas entregadas en el período 2010 a 2020. Por otro lado, nuestra
organización ha solicitado la asignación de bonos compensatorios no salariales
a trabajadores y trabajadoras activos y jubilados mediante el sistema Patria,
que permitan mejorar los ingresos económicos. Desde enero a diciembre 2020 se
asignaron 27 bonos, en un promedio de más de dos millones de bolívares al mes,
por un monto total que en promedio triplica al salario mínimo mensual. Por
tanto, el momento en que estamos, es un momento donde sin titubeos ratificamos
nuestro compromiso con el proyecto histórico de la clase obrera, que no es otro
que la construcción del socialismo, nuestro socialismo bolivariano, sin
dogmatismos, sin manuales, ni esquemas preconcebidos. No es esta la hora para
regateos reivindicativistas, pues afirmo que nos hallamos convencidos,
absolutamente persuadidos que la mayor reivindicación es la revolución misma,
cuando se cuente la historia de la heroica resistencia de este pueblo, sin
mezquindades, ni invisibilazaciones tendrá que reconocerse la significativa
participación de la clase obrera. En este duro trance de guerra económica, muy
pocos de nuestros dirigentes sindicales se han quebrado, a la mirada de todos
han dejado el pellejo combatiendo las posiciones incorrectas asumidas por los
oportunistas y los demagogos de siempre y explicando con paciencia las
complejas realidades y difíciles situaciones económicas a los más confundidos,
sin escatimar esfuerzos para ir a las bases confrontando los reclamos de muchos
y las ofensas de pocos. Hemos cumplido y seguiremos cumpliendo con nuestro
deber, no traicionar al Comandante Chávez y seguir acompañando al Hermano
Nicolás Maduro, no caemos en los chantajes de quienes se autoproclaman como los
protectores de la clase obrera, embriagados en fraseología intrascendente y
metafísica.
La crisis global del
capitalismo que ha sido agravada por la pandemia, nos plantea retos históricos;
defender al trabajo como valor esencial civilizatorio, cuidar al planeta como
nuestra única casa, resguardar a la familia como esencia espiritual del
esfuerzo cotidiano, construir el socialismo como opción cultural humanizadora y
combatir sin tregua al imperialismo como enemigo principal de los pueblos. Esta
lectura razonada del papel histórico que debemos cumplir lo hago ante una un
pueblo, una clase obrera y un líder inquebrantable que enfrentan juntos al
desafío de dar continuidad a la revolución. Estamos en la obligación de
defender las grandes conquistas obtenidas las cuales sólo en revolución ha sido
posible alcanzar.
Es así como recuperamos
las prestaciones sociales arrebatadas por los neoliberales en la vieja
República, proscribimos la llamada tercerización como mecanismo de
sobreexplotación de la clase trabajadora, siempre en lucha recuperamos la
estabilidad laboral y en la coyuntura actual estamos luchando por la
recuperación de la capacidad adquisitiva del ingreso social familiar, vapuleado
como sabemos por el bloqueo y las criminales medidas coercitivas imperialistas,
lanzadas contra una economía impactada por una hiperinflación artificial,
golpeada por un sostenido ataque a la moneda nacional, el bolívar y
distorsionada por la presencia de un dólar manipulado con el único objetivo de
ahogar financieramente a la nación, crear zozobra e inestabilidad en la
sociedad.
Finalmente, resulta
incontestable la realidad que hemos venido alcanzando niveles significativos de
estabilidad política durante el 2017, 2018, 2020 y 2021, derrotando al fascismo
y logrando contundentes triunfos electorales y los. Sin embargo, dicha
estabilidad política siempre será frágil y precaria sino logramos avanzar con
fuerza en una tarea que ha estado planteada desde el inicio de la revolución,
pero que distintos factores externos como la agresión imperialista y de
carácter interno como el rentismo petrolero, ambos sumados, han logrado
postergar, inhibir, desacelerar. Toca echar andar con mucha mayor decisión este
aspecto, es urgente tomar fuertemente en nuestras manos el tema económico, la
necesaria revolución económica a riesgo de perder el legado de nuestro amado
Comandante Supremo Hugo Chávez.
10 tareas, 10 acciones
urgentes para el crucial trienio 2022-2024
1.- Proteger
al trabajo como hecho social, eje fundamental de la dimensión productiva y
garantizar los derechos conquistados por la clase trabajadora como sujeto
protagónico del proceso social trabajo.
2.- Contribuir
con la consolidación y el fortalecimiento de la justicia laboral en sede
administrativa como mecanismo de mayor accesibilidad para la restitución de la
situación jurídica infringida.
3.- Velar
por el derecho a una seguridad social universal, contributiva y no lucrativa
para todos los trabajadores, trabajadoras y sus familias frente a cualquier
contingencia.
4.- Proteger
y garantizar con absoluto celo los derechos laborales en plena sintonía con el
propósito del constituyente de 1999, quien le otorgo base legal mediante
expresos mandatos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
5.- Garantizar
la justa distribución de la riqueza socialmente producida protegiendo al
salario y fortaleciendo al ingreso familiar como responsabilidad del Estado y
corresponsabilidad de la Sociedad.
6.- Implementar
mecanismos para la consolidación de las prestaciones sociales en tanto que
estas constituyen un bien o crédito que otorga el patrono o patrona en
materialización al derecho conquistado por la clase trabajadora.
7.- Acompañar
y contribuir a asegurar el restablecimiento de las actividades productivas de
una entidad de trabajo suspendida bajo un cierre ilegal o fraudulento por parte
del patrono, patrona o sus representantes legales, de acuerdo al procedimiento
previsto en la LOTTT.
8.- Velar
por la preservación de las fuentes de trabajo mediante la implementación de la
gestión directa, democrática y participativa de la clase trabajadora en las
Juntas de Administración Especial creadas en concordancia con la LOTTT.
9.- Garantizar
el derecho de los trabajadores y las trabajadoras a un pleno desarrollo de su
personalidad y ciudadanía a través de la formación; técnica, científica y
humanística, acorde con los planes de desarrollo económico y social de la
nación.
10.- Resguardar
el principio de autonomía de las organizaciones libremente constituidas por la
clase trabajadora para la defensa y preservación de sus derechos laborales e
intereses gremiales y para el estricto cumplimiento de sus finalidades
establecidas en el marco normativo vigente.
Wills A. Rangel
Presidente de la Central
Bolivariana Socialista de Trabajadores y Trabajadoras CBST-CCP
Comisión Organizadora
Febrero 2022
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