jueves, 24 de marzo de 2022

6 - BALANCE DE LOS DIEZ AÑOS LA CENTRAL BOLIVARIANA SOCIALISTA DE TRABAJADORES Y TRABAJADORAS (CBST-CCP

 II CONGRESO DE LA CLASE OBRERA




Un sucinto balance:

Resulta oportuno indicar que nuestro país salió tempranamente de la “oscura noche neoliberal” de los años 90, gracias a las transformaciones emprendidas por nuestro amado Comandante Eterno Hugo Chávez Frías, quien desde 1999, rompió con las políticas que para entonces dictaban los grandes centros financieros, políticos y militares internacionales e inicio el tránsito hacia una Patria Bolivariana

que ya no tiene que ir más a Washington para pedir permiso. La historia en su proceso, en su marcha accidentada y sinuosa nos colocó como clase obrera, hacia finales del siglo XX frente a la posibilidad de retomar nuestra misión histórica, construir el socialismo bolivariano al calor de la lucha de clases. Dicha posibilidad no llego sola, vino de la mano de un portento de líder, de esos que nacen cada 100 años cuando los pueblos despiertan, un hombre que abrió el camino para la tan esperada y luchada revolución en nuestro saqueado y sufrido país. Nos hallaba nuestro Comandante Chávez, extraviados, perdidos en el desierto indigno, corrupto, represivo y entreguista de la llamada 4ta República y para colmo de males nos encontraba divididos, enfrentados por razones de poca monta estratégica y sin capacidad táctica para defender las pocas posiciones alcanzadas.

Fue así como nos tomó de la mano y nos indicó la ruta conduciéndonos a una primera gran victoria aquella que nos permitió como clase obrera ganar en consciencia, al probar que podíamos rescatar y poner andar nuestra industria petrolera, derrotando aquel paro petrolero fraguado por el imperio para tumbarlo. Esta fue una significativa victoria, la cual creo las condiciones para más adelante dar un importante salto organizativo, venciendo el divisionismo y unificándonos en torno a la cumpleañera de hoy la CBST-CCP, en un mismo año, en el 2012, llevando consigo los dolores de aquella terrible enfermedad, se empeñó el Comandante en legarnos dos escudos protectores para el mundo del trabajo en Venezuela; la CBST-CCP y la LOTTT.

Fue así como transitamos un periodo de ascenso en el combate por el socialismo, siempre conducidos por nuestro gran líder, hasta que una emboscada de la vida, en esos recodos donde siempre están apostados los enemigos de la esperanza popular, no los arrebato y partió de este plano terrenal, no sin antes decirnos con su sabia y lucida pedagogía que se marchaba dejándonos libres e independientes, pero si no construíamos el socialismo, todo sería esfuerzo perdido, por tanto debíamos no solo votar, sino acompañar a Nicolás Maduro Moros hasta las últimas consecuencias, pues su suerte, es la nuestra como clase obrera. Consecuentes y perseverantes siempre al lado de nuestro hermano de clase, hemos enfrentado a esta guerra multiforme, esta serpiente de mil cabezas que nos bloquea, roba valiosos activos, nos persigue por el mundo, trae la guerra a nuestras fronteras, destruye la economía nacional y planea aplastarnos por ser un mal ejemplo para quienes nunca renuncian a luchar para emanciparse.

Una revolución que nos sacó del Laberinto

Nuestro Comandante Supremo Hugo Chávez Frías supo interpretar las señales de aquel tiempo, signado por la ola neoliberal de los años 90, rompiendo con las políticas dictadas por la cúpula financiera internacional (FMI-BM) que supeditaban las ayudas, préstamos e inversiones a la aplicación de dolorosas medidas de recorte en los derechos sociales, recetas de shock que afectaban a millones de trabajadores y trabajadoras a lo largo y ancho del mundo y en Latinoamérica en específico, sumiéndolos junto a sus familias en la más abyecta miseria. El Comandante-Presidente Chávez consecuente con su programa y ajustado a la promesa contraída con su pueblo, no dudo en aplicar el texto constitucional, las leyes y decretos posteriormente aprobados, regalando a nuestra Patria un período de prosperidad y de crecimiento que se reflejó inmediatamente en la mejora de las condiciones de vida de nuestro pueblo y en el respeto a los derechos humanos y los derechos laborales de los trabajadores y trabajadoras.

Crecimiento económico sostenido, (43% del PIB) y descenso significativo del desempleo (Del 15% al 6 %) por solo mencionar dos indicadores que dan cuenta que nuestra Patria, República Bolivariana de Venezuela desarrolló en la primera década del siglo XXI y la mitad de la segunda, una economía floreciente que se reflejó plenamente en la satisfacción de los derechos sociales y económicos de la población. En el año 2012 se promulgó la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras (LOTTT), después de una consulta que arrojó cerca de 20.000 propuestas de trabajadores y trabajadoras, la cual refrendó y mejoró los contenidos de los Convenios Fundamentales de la OIT, garantizando el trabajo, el salario, los sindicatos, las convenciones colectivas, y derechos específicos como la protección a la madre y padre trabajador, la protección ante la violencia en el trabajo e incluso abordó temas de más reciente vigencia como los derechos de los trabajadores a distancia ahora expresados como teletrabajo.

Un ejemplo como este no podía ser permitido y la primera reacción fue fraguar un peculiar golpe de Estado contra el Comandante Chávez encabezado por el gremio empresarial (La patronal FEDECAMARAS) enmarcado en la hipócrita política de cambio de régimen a la cual apuesta EE.UU y secunda la U.E. En el año 2013 desaparece del plano terrenal el Presidente Hugo Chávez Frías y, el pueblo venezolano asiste masivamente a las elecciones para designar a Nicolás Maduro como Presidente de la RBV por cinco años. A partir de este año se intensifica la ofensiva de los Estados Unidos de Norteamérica y la Unión Europea, apoyados ahora por varios países de Latinoamérica agrupados en torno al tristemente célebre Grupo de Lima.

Se inicia una nueva agresión caracterizada por la crueldad

En diciembre 2014 sube de nivel la agresión y aprueba el Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica la Ley 113278 que establece medidas arbitrarias de “sanción” contra la soberanía de nuestro país, restricciones al Banco Central de Venezuela, a la empresa petrolera estatal (PDVSA) y prohíbe a ciudadanos norteamericanos y empresas comercializar con el Gobierno de Venezuela. El 2015 el presidente de los EEUU Barak Hussein Obama promulga su orden ejecutiva donde declarando a Venezuela como una amenaza “inusual y extraordinaria” contra los intereses de su nación. Recientemente, el Gobierno de Donald Trump se dedicó a profundizar la agresión con las órdenes ejecutivas 13808 (agosto 2017) y 13857 (enero de 2019). Fueron ocupadas las empresas petroleras y petroquímicas propiedad del Gobierno de Venezuela en el extranjero, Monómeros en Colombia y la corporación CITGO en el territorio norteamericano, propietaria de tres grandes refinerías y de más de 5.000 estaciones de gasolina que producen y distribuyen al mercado norteamericano.

Una de las peores consecuencias de las medidas coercitivas unilaterales mal llamadas sanciones, es el impacto sobre la producción de petróleo. Bloqueo financiero y tecnológico, bloqueo a la compra de equipos e insumos médicos, bloqueo a la comercialización del crudo mediante la aplicación de sanciones a países potenciales compradores o a empresas navieras que transporten el crudo venezolano y hasta la imposibilidad real de producir gasolina para el consumo interno, teniendo el complejo refinador de gasolina más grande de Latinoamérica. Las órdenes ejecutivas permitieron al imperio estadounidense a imponer sanciones y proceder delictivamente a incautar los recursos económicos venezolanos. De acuerdo con cifras oficiales, ofrecidas por el hermano Presidente Nicolás Maduro Moros en su mensaje anual a la nación, hemos perdido 30.000 mil millones de dólares desde 2015 hasta 2019 que afectan directamente a la sociedad venezolana, traduciéndose este impacto en la pérdida 8.400$ a 12.100$ per cápita.

Un resultado directo del bloqueo y medidas coercitivas unilaterales ha sido la afectación en las áreas de compra de alimentos y medicamentos que impiden su importación y obstruyen el desarrollo de la industria agroalimentaria, al no poder adquirir nuevos insumos y equipos. Se trata de un duro golpe a la población venezolana. La más brutal expresión del bloqueo, ha sido en salud, se le ha negado a nuestra Venezuela el acceso a materia prima, medicamentos, equipos médicos con la clara intención de causar daño. En consecuencia se bloquearon los fondos reservados por nuestro gobierno para a la importación de 300.000 dosis de insulina, se impidió la compra de 2 millones de dosis de tratamiento antimalárico ya que el laboratorio BSN Medical con sede en Colombia se rehusó irresponsablemente a enviar el medicamento habiendo recibido el pago correspondiente. Sumado a lo anterior el banco suizo UBS bloqueo las transacciones para la compra de vacunas de acuerdo al programa de inmunización de 2017, obligando a la República Bolivariana de Venezuela y a la Organización Panamericana de la Salud (OMS) a buscar otras alternativas, en bancos de distintos países.

A partir del año 2015 se inicia este ataque a la moneda venezolana, el Bolívar, generando una permanente depreciación, que no tiene ninguna explicación económica racional, sino, muy por el contrario, los indicadores económicos venezolanos venían en franco ascenso, como explicamos anteriormente. Se desata un proceso hiperinflacionario el cual tiene consecuencias directas en la depreciación del salario de los trabajadores y trabajadoras, mermando el acceso a los bienes y servicios con consecuencias de deterioro social. El proceso hiperinflacionario venezolano presenta características de una clara agresión política, experimentándose incrementos de precios injustificados, marcados por el tipo de cambio paralelo que pulverizan el incremento del salario mínimo y las tablas de salario de la Administración Pública Nacional. (APN)

Hemos sido y seremos consecuentes con la defensa de la revolución y de la clase trabajadora venezolana

Nuestra organización sindical, la CBST-CCP, ha mantenido una permanente comunicación con el Gobierno de la RBV desde nuestra fundación el año 2011. Hemos sido consultados permanentemente para la fijación del salario mínimo. En las condiciones actuales de medidas coercitivas unilaterales, bloqueo económico internacional y proceso hiperinflacionario inducido hemos formulado propuestas y presentadas peticiones que en articulación con el Estado venezolano, para la atención económica y social a la clase obrera garantizando la subsistencia a pesar de las terribles condiciones que enfrentamos, es lo que hemos denominado “Salario Social”.

De igual forma se ha atendido la alimentación mediante el sistema de los Comités Locales de Alimentación y Producción (CLAP), se ha mantenido el acceso al sistema público de salud gratuito, se garantiza la educación básica y universitaria gratuita para los hijos e hijas de los trabajadores y trabajadoras y se desarrolla el sistema de construcción de viviendas Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV) que garantiza la asignación de unidades subsidiadas, superando ya los 3 millones de viviendas entregadas en el período 2010 a 2020. Por otro lado, nuestra organización ha solicitado la asignación de bonos compensatorios no salariales a trabajadores y trabajadoras activos y jubilados mediante el sistema Patria, que permitan mejorar los ingresos económicos. Desde enero a diciembre 2020 se asignaron 27 bonos, en un promedio de más de dos millones de bolívares al mes, por un monto total que en promedio triplica al salario mínimo mensual. Por tanto, el momento en que estamos, es un momento donde sin titubeos ratificamos nuestro compromiso con el proyecto histórico de la clase obrera, que no es otro que la construcción del socialismo, nuestro socialismo bolivariano, sin dogmatismos, sin manuales, ni esquemas preconcebidos. No es esta la hora para regateos reivindicativistas, pues afirmo que nos hallamos convencidos, absolutamente persuadidos que la mayor reivindicación es la revolución misma, cuando se cuente la historia de la heroica resistencia de este pueblo, sin mezquindades, ni invisibilazaciones tendrá que reconocerse la significativa participación de la clase obrera. En este duro trance de guerra económica, muy pocos de nuestros dirigentes sindicales se han quebrado, a la mirada de todos han dejado el pellejo combatiendo las posiciones incorrectas asumidas por los oportunistas y los demagogos de siempre y explicando con paciencia las complejas realidades y difíciles situaciones económicas a los más confundidos, sin escatimar esfuerzos para ir a las bases confrontando los reclamos de muchos y las ofensas de pocos. Hemos cumplido y seguiremos cumpliendo con nuestro deber, no traicionar al Comandante Chávez y seguir acompañando al Hermano Nicolás Maduro, no caemos en los chantajes de quienes se autoproclaman como los protectores de la clase obrera, embriagados en fraseología intrascendente y metafísica.

La crisis global del capitalismo que ha sido agravada por la pandemia, nos plantea retos históricos; defender al trabajo como valor esencial civilizatorio, cuidar al planeta como nuestra única casa, resguardar a la familia como esencia espiritual del esfuerzo cotidiano, construir el socialismo como opción cultural humanizadora y combatir sin tregua al imperialismo como enemigo principal de los pueblos. Esta lectura razonada del papel histórico que debemos cumplir lo hago ante una un pueblo, una clase obrera y un líder inquebrantable que enfrentan juntos al desafío de dar continuidad a la revolución. Estamos en la obligación de defender las grandes conquistas obtenidas las cuales sólo en revolución ha sido posible alcanzar.

Es así como recuperamos las prestaciones sociales arrebatadas por los neoliberales en la vieja República, proscribimos la llamada tercerización como mecanismo de sobreexplotación de la clase trabajadora, siempre en lucha recuperamos la estabilidad laboral y en la coyuntura actual estamos luchando por la recuperación de la capacidad adquisitiva del ingreso social familiar, vapuleado como sabemos por el bloqueo y las criminales medidas coercitivas imperialistas, lanzadas contra una economía impactada por una hiperinflación artificial, golpeada por un sostenido ataque a la moneda nacional, el bolívar y distorsionada por la presencia de un dólar manipulado con el único objetivo de ahogar financieramente a la nación, crear zozobra e inestabilidad en la sociedad.

Finalmente, resulta incontestable la realidad que hemos venido alcanzando niveles significativos de estabilidad política durante el 2017, 2018, 2020 y 2021, derrotando al fascismo y logrando contundentes triunfos electorales y los. Sin embargo, dicha estabilidad política siempre será frágil y precaria sino logramos avanzar con fuerza en una tarea que ha estado planteada desde el inicio de la revolución, pero que distintos factores externos como la agresión imperialista y de carácter interno como el rentismo petrolero, ambos sumados, han logrado postergar, inhibir, desacelerar. Toca echar andar con mucha mayor decisión este aspecto, es urgente tomar fuertemente en nuestras manos el tema económico, la necesaria revolución económica a riesgo de perder el legado de nuestro amado Comandante Supremo Hugo Chávez.

10 tareas, 10 acciones urgentes para el crucial trienio 2022-2024

1.- Proteger al trabajo como hecho social, eje fundamental de la dimensión productiva y garantizar los derechos conquistados por la clase trabajadora como sujeto protagónico del proceso social trabajo.

2.- Contribuir con la consolidación y el fortalecimiento de la justicia laboral en sede administrativa como mecanismo de mayor accesibilidad para la restitución de la situación jurídica infringida.

3.- Velar por el derecho a una seguridad social universal, contributiva y no lucrativa para todos los trabajadores, trabajadoras y sus familias frente a cualquier contingencia.

4.- Proteger y garantizar con absoluto celo los derechos laborales en plena sintonía con el propósito del constituyente de 1999, quien le otorgo base legal mediante expresos mandatos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

5.- Garantizar la justa distribución de la riqueza socialmente producida protegiendo al salario y fortaleciendo al ingreso familiar como responsabilidad del Estado y corresponsabilidad de la Sociedad.

6.- Implementar mecanismos para la consolidación de las prestaciones sociales en tanto que estas constituyen un bien o crédito que otorga el patrono o patrona en materialización al derecho conquistado por la clase trabajadora.

7.- Acompañar y contribuir a asegurar el restablecimiento de las actividades productivas de una entidad de trabajo suspendida bajo un cierre ilegal o fraudulento por parte del patrono, patrona o sus representantes legales, de acuerdo al procedimiento previsto en la LOTTT.

8.- Velar por la preservación de las fuentes de trabajo mediante la implementación de la gestión directa, democrática y participativa de la clase trabajadora en las Juntas de Administración Especial creadas en concordancia con la LOTTT.

9.- Garantizar el derecho de los trabajadores y las trabajadoras a un pleno desarrollo de su personalidad y ciudadanía a través de la formación; técnica, científica y humanística, acorde con los planes de desarrollo económico y social de la nación.

10.- Resguardar el principio de autonomía de las organizaciones libremente constituidas por la clase trabajadora para la defensa y preservación de sus derechos laborales e intereses gremiales y para el estricto cumplimiento de sus finalidades establecidas en el marco normativo vigente.

Wills A. Rangel

Presidente de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores y Trabajadoras CBST-CCP

Comisión Organizadora

Febrero 2022

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